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domingo, 18 de enero de 2009

Mis ojos tristes

Mis ojos están cansados de llorarte,
mi mirada ya no puede mantenerse, se cae,
se hunde, se ve humillada y demacrada.
Mis párpados elásticos se cierran,
morados, se niegan.
Mis pupilas sedientas de tu sangre
y hambrientas de tu carne,
no te nombran porque no tienen boca
y no te ruegan porque ya no se hacen ilusiones.
Te esperan porque la fe es la última que muere
y primero tienen mis pupilas que morir.

Mis ojos se ven tristes, porque te extrañan,
se ven solos, pues no te tienen.
Te anhelan, te adolecen, se humedecen por tu ausencia
y se derraman por tus lacrimales
porque los suyos se acabaron de llorarte,
de ganas, de desearte.

Mis ojos imaginan a los tuyos, se enamoran,
se duermen, se despiertan, los recuerdan, los imploran
y se vuelven a dormir, para soñarte.

martes, 17 de junio de 2008

Mi luna

Todos me dicen que eres una más entre muchas, pero ante mis ojos tú brillas más que cualquiera.
Todos me dicen que por lo menos las otras brillan por sí mismas, que tú necesitas de mi luz para poder brillar.
Pero para mí tú eres la elegida; y de entre millones, te puedo distinguir a kilómetros de distancia. Y aunque muchas intenten superarte, no han logrado tan siquiera acercarse.
A mí no me importa de dónde proviene tu brillo. Si tu luz viene de mí, si soy yo quien te da vida, entonces nunca morirás. Si soy yo el que te ilumina: tu resplandor jamás se extinguirá.