domingo, 22 de noviembre de 2009

Gran Himalaya

Yo tampoco me puedo subir a ti, es un hecho que leo poemas para no morirme de vida y no subir a lo ipso facto... Leo y escribo, escribo sobre Omar Lara porque no tengo lectores. Es preciso decirme a mí misma que mis lectores inexistentes me odian desafiantemente. No sirves para escribir, no escribes para servir. No intento cambiar el mundo. Ni siquiera el mundo intenta cambiarme a mí. Tristeza. Es un hecho que, como Omar Lara, nunca subiré al Himalaya porque, peor que el poeta yo ni siquiera soy hombre. Y sólo los hombres se vuelven dioses. Yo, tal vez, estaré embriagada desde antes, suicida amiga de las piedras, amaré casi a cada segundo con una ternura inquieta, con una violencia en mis manos.

No hay comentarios: