Sucede a veces
A Rigoberto Ávila
A Rigoberto Ávila
Sucede a veces,
que uno se enamora de los árboles,
por la sombra que producen,
la fuerza de sus ramas
o la dulzura de sus
frutos.
Sucede también,
a veces,
que el árbol que uno ama
se convierte en hombre,
y uno
ama sus ideas,
sus labios,
su corazón,
sus brazos
o
el sexo,
(porque los árboles tienen sexo).
Y sucede después, a veces,
que el árbol
que uno ama
está tan cerca que asombra,
asusta.
Deja de ser un árbol
y parece un sol
que deslumbra los
ojos enamorados.
Y sucede entonces, a veces,
que uno no sabe
si cerrar los ojos y esconderse,
o contemplar al árbol-hombre-sol
hasta quedarse ciego.
2 comentarios:
quiero un arbol-hombre-sol
me enamore de tu arbol hombre sol aun sin conocerlo.
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