martes, 8 de julio de 2008

Escarlata

Tú tienes en tus ojos esa luz como carmín que desvanece la tristeza y la agonía.
Quizás es por eso que te ves tan bien entre las sombras, tan hermosa, tan radiante. Tu cuerpo desnudo dibujando el cielo en la oscuridad de la noche, donde tu sonrisa no es menos que una luna y tus ojos como estrellas parpadeantes. Tu silueta confundida con las sábanas ruborizadas donde aquellos inconvenientes de cada mes pasan desapercibidos. Esas sábanas que alguna vez fueron blancas y que se han teñido poco a poco con tus lágrimas de sangre y el dolor de tu corazón y que ahora son del color de la pasión que nos atrapa entre sus redes al calor del anochecer.
Recostado junto a ti, las penas que me hieren durante el día se transforman en completa alegría y excitación. A tu lado olvido mis tormentos y me siento salir de tus entrañas renaciendo como un niño.
Con pequeños gritos ahogados me avisas que todo está por terminar, comienzo a recordar mi sufrimiento y siento que todo lo que he soñado por ti se viene abajo.
Pero mientras permanecemos abrazados, yo prendido de ti como un gusano, tú apacible como el mar, puedo deshacerme de todo y pensar sólo en ti.
Tú tienes esa luz en tus ojos, en tu rostro, en tu cuerpo, en tu aura.
Esa luz escarlata que emanas entre risas y sollozos, parece provenir del infierno mismo que empezó en tus recuerdos y ahora riñe por aparecer en el plano terrenal traspasando tus pupilas.
Las rosas perturbadas de resentimiento por tu beldad suspiran hastiadas hasta desangrarse en un torrente de desilusiones.
Marte arde de ira de saberte en existencia y manda flechas encendidas hasta tu refugio de dolores e ironías, que se impregna del sufrimiento y se endurece y enfría, tornándose un hogar de penas, amparador de corazones afligidos en busca de comprensión. Pero tú no comprendes, finges entender para aliviar las congojas ajenas. Habemos muchos beneficiados con tu cobijo, pero pocos que entendemos tu valor.
El rubí de tus labios es sólo una ilusión que contorna tu boca silenciosa errando a la imaginación que te juzga traviesa e impulsiva, disimulando el verdadero elipsis de tu alma.
Eres grana, eres bella.
Eres carmesí.

No hay comentarios: