domingo, 11 de mayo de 2008

Añadiduras a tiempo

Cuando contamos hasta el milésimo segundo, descubrimos que ya nada iba a ser suficiente. Era imposible irnos de aquí, e improbable que se lograra algún regreso (todavía no aprendemos a retroceder el tiempo). Así que quedamos, aquí con tanto amor que ya no podemos detenernos, con tanto amor incapaz de sostenernos (y yo decía que no iba a hablar de amor). Cuando voltees la cabeza y mires sobre tu hombro mis ojos despidiéndote, recuérdalos cuando te saludan (las bienvenidas siempre son más placenteras). Ya sé que cuando te vas no regresas, nunca te has ido, tan solo es una ilusión que te esconde (y reapareces cada vez que la magia te deja).