miércoles, 25 de marzo de 2009

Nunca lo imaginé; encontrar mi nombre escrito en cinta adhesiva pegada en el piso frente a un museo. Aunque sé que no es algo tan majestuoso y grandioso como quiero pensar, no pude evitar sentir una sensación de rareza, de ser único en ese momento; la única persona en tres metros a la cuadrada que podría recostarse junto a esa tinta en cinta y afirmar verídicamente, respaldado por unas cien actas de nacimiento, portar el mismo nombre que allí se indicaba.

Después pasé a delirar sobre cómo quizás alguien me dejó deliberadamente esa cinta; visitantes del futuro que fueron al pasado y sabían que yo iba a pasar por allí en ese momento.


Luego pasé a pensar en que tenía hambre.

5 comentarios:

Mariana dijo...

Te drogas.

Falocampsis dijo...

Compárteme que ya se me está acabando.

Anónimo dijo...

ajajaj eres bien buna onda

Broken Glass dijo...

Sí, creo que esa cinta fue trampa.

Anónimo dijo...

o talvez fuiste tu en el futuro y luego regresaste al pasado y viste la etiqueta pegada pero luego cuando el tiempo pase te vas a ver a ti mismo pegando esa cinta aunque en realidad no vas a ser tu vas a estar controlado por un poder superior y todo va a tener sentido... o talvez esa cinta solo era producto de tu hambre que te producia alucinaciones...
yo he tenido alucinaciones asi bien raras sin necesidad de drogas.