Conversación Involuntaria

-Me imaginé que la vida nos encarga cosas.
-Pues, yo no sé en que se han convertido estos dolores que se juntan en mi cuello que van directo a lo lindo de tu boca.
-Me imagino ahora que eres poeta.
-No.
-¿NO?
-No sé. ¿Es acaso poeta el que se imagina las caricias de la vida?
-Obvio. Nadie me habla como tú.
-Es que ¿no te ha pasado que ves a alguien y te dan ganas de decir muchas cosas sin sentido?
-Sí. Tengo ganas de tomarte una mano, saber que eres mío y no de ella. Soy como un cactus en el desierto. Sediento. Solitario. También me rio con niños que me obsequian flores y me piden una cita, dos, tres. Deberías aprender a tener celos. Deberías aprender que soy agua que se te escapa de tus manos.
-En mi solitaria visión de tu cuerpo, me imagino que tu estrechez visitará lugares donde no quiero encontrarte. No es que no te ame... Pero al final hay un designio divino que me dice que no voy a encontrarte.
-Esto es tan ficticio. Leticia Herrera me robó unas cuantas frases en su poemario "A veces pienso que soy una sirena, si no, porqué los hombres me sacan la vuelta aún cuando no cante"
-¿Ahora lees poesía?
-Siempre. Desde siempre. Desde que supe que esta vida contigo me traería una vasija con tristezas y alegrías. A demás no sólo me sacan la vuelta, también el corazón.
-Eso es mentira. Te amo.
-La vida nos encarga cosas. Y yo no estoy encargada a ti. ni tú a mí.