miércoles, 28 de enero de 2009

Cadáver exquisito (intento 8011)

Ya había esperado 4 cigarros, Regino ya no medía el tiempo en minutos sino en el lapso que tardaba el cigarro en consumirse por consiguiente los días de viento donde el papel de arroz se acababa más rápido el tiempo volaba. Estaba teniendo uno de esos presentimientos los cuales ella nunca había querido creer pero el estaba seguro que un día lo salvarían de algo terrible y como sentido arácnido le permitirían esquivar un auto, no subirse al metro el día que descarrilara o ahorrarse corazones rotos.

Los hombres elefantes son una cosa muy triste, --Fue lo primero que le dijo Alejandra a Regino cuando se sentó a su lado-- tú sabes esos que se hinchan y parecen personaje de película de Eddy Murphy o atracción de circo o el gordo de Monterrey, el que se casó ya, y que le saco mucho jugo a sus lonjas. Te acuerdas cuando la meta de Bart Simpson era ser tan gordo como su padre para trabajar en casa. Tengo una meta parecida, mi meta es ser un día tan cínica como mi mamá y así poder dejarte sin remordimiento

-Que mamona- le contestó Regino sin despegar la vista del cigarro que forjado a mano iba a hacer que olvidara el comentario de su insensible acompañante en el ensayo de la vida...

(que continúe con el siguiente post o en los comentarios)

4 comentarios:

*_* elgatoraro!* dijo...

y como ese dia habia, entre otras cosas dejado de fumar prefirio correr a la esquina, matar un un cenicerazo al dealer llamado Juan Goytisilo, sin saber que era el padre de su hija que ya vivia en su matriz.

sonrio y corrio babeando una especia de ansiedad con cocaina, noa guantó a llegar al café, inhalo corriendo, como el que quiere la medalla de oro, al abrir la puerta todos se le quedaron viendo fue cuando...

Anónimo dijo...

fue cuando .. Callo en la historia de q había entrado una ley que impide fumar en lugares cerrados, y en ese café especialmente se la habían tomado muy enserio, volvio a salir del cafe con toda prisa por la calle corriendo y maldiciendo, por suerte no vivía en Guanajuato
de pronto ..

Alejandra Arévalo dijo...

Ella y él se dieron cuenta que la misma separación constante los había hecho imaginar idioteces con tanto poco amor y alcohol. En realidad era el mismo alcohol que les hablaba. Regino ya tenía 3 días enteros acostado en al cama de ella y ella lo veía con pesar. De seguro él se imaginaba a si mismo como el hombre elefante, como el Bart Simpson gigante, un niño gordo y amargado. Pero ella no lo dejaba a pesar que la misma vida le había dicho que dentro de su delgada postura había un corazón lleno de grasa y no de sangre.
Es por eso que...

Le prêtre marié dijo...

... cierto repudio lipídico apareció de pronto, hondo y pesado, más pesado que hondo -es aquí una balanza-, en su interior. Regino ahí métricamente cerca pero de alguna forma alejado por una red de pensamientos(¿vacíos?)que bien podrían pasar por ligas, ligas y no pensamientos, de esas ligas de hule: hule de polímero sintético para fabricar ligas amarillas...