sábado, 25 de octubre de 2008

5 minutos

5 minutos para incorporarse a una nueva realidad. Una realidad en que el centro de todas las cosas reside en un par de ojos. Ojos que dicen mucho más de lo que hablas. Porque hablar siempre fue peligroso para cada uno de nosotros. Y preguntarse por 5 minutos ¿qué tan trascendental es ser una de las bocas que besas? Y pensar en las consecuencias por 5 minutos. Y es que las consecuencias no existen en nuestra nueva realidad, se desvanecen tan rápido con tu mirada que ni tiempo le dan a uno de agarrarlas y no dejarlas ir. Pero los ojos se van yendo y las consecuencias reapareciendo. Y entonces siente uno como regresan golpeando y haciendo un escándalo. Escándalo difícil de ignorar, tu comprenderás, que yo he siempre he sido muy observadora. ¡Ay! si esos ojos nunca se fueran, ya no tendríamos que esperar 5 minutos para besarnos. Las consecuencias terminarían por rendirse y desaparecer de ésta y otras realidades. Y esos ojos hablarían para siempre. Si esos ojos no se fueran a mirar a otra parte, 5 minutos los usaríamos para abrazarnos a nuestra realidad absoluta, 5 minutos serían la introducción a un millón de minutos más. Pero los ojos se van yendo y los minutos desapareciendo. Amor, tu perdonarás, que necesite 5 minutos para reincorporarme. Que las consecuencias van golpeando cada vez más fuerte, que se resisten cada vez con más ganas. Tu perdonarás que necesite más de 5 minutos, que a veces necesite una noche entera, que necesite un mes completo. Que tu voz en el teléfono no realice el trabajo que realizan tus ojos. Que a veces no nos alcance el tiempo. Amor, tu me perdonarás que mis ojos lloren de vuelta a la realidad a la que estamos acostumbrados. Cuando tus ojos se van a mirar a otra parte.

1 comentario:

Alejandra Arévalo dijo...

a veces, esos 5 minson segundos y eso molesta.