martes, 15 de julio de 2008

PCM 1, jaja

Transitando por el camino
encontramos pasiones de a ratos,
somos de amores, tomamos vino
y jugando al dominó
se nos olvidan de pronto nuestros espantos:
que el dinero, que los problemas,
son un tormento que no nos deja
y nos convierten, entretanto,
en zombies con dolor de cabeza.
Emparentados con la pobreza
nos creemos dueños de la ambición,
luego nos rompen el corazón
y se nos olvida la delicadeza,
soltamos una que otra maldición
y escondemos las lágrimas como si la tristeza
fuera un pecado capital
que en vez de desahogarnos, nos condena
y olvidamos que es natural
y que si no lo sacas te pesa.
Adiós a los días de chiquillo
en que todo era felicidad,
si quieres ganarte un peso
no hay de otra que trabajar,
– Ya no haga berrinches, huerco
y déle si quiere tragar. –
La situación nos come la tripa
y por la familia, a aguantar.
Luego la gasolina
que aumenta de a centavitos,
pa’ cuando acuerdas son pesos
y ni cómo echarte pa’ atrás.
Ya viene el cambio de placas
y pronto habrá que pagar,
si no, con el tránsito te arreglas:
Nezahualcóyotl o Sor Juana
se van a tener que mochar.
Y es que sin varo, te friegas,
aquí la vida es así:
al pobre siempre lo apachurran
y el rico en su casa feliz
con su whisky en su jacussi
y la cerca electrificada
pa’ que no entre ningún pelado
que le recuerde su posición
o cuántos están afuera
comiendo puro frijol,
rezando por que en la alacena
haya pan y jamón,
poniendo a San Juditas de cabeza
pa’ que haga el milagro, el cabrón.
El estrés nos inunda la mente
y nos duelen hasta los huesos,
si de por sí soy chaparro y prieto,
ojalá no me quede pelón,
pa’ no pensar en amarguras:
mejor me vuelvo a los amores, al tequila y al dominó.

2 comentarios:

K dijo...

pués a mi si me gustó.

Ángel L. M. dijo...

gracias x)