jueves, 26 de junio de 2008

nada

Lentamente se dirigio hacia la cocina para comer, o al menos ese era
el plan original, mientras se alejaba ella murmuraba s
uavemente una especie de cancion sin forma, y recordo australia, el sonido de sabanas y otras telas mas pesadas siendo arrastradas sobre la vieja madera proporcionaba una especie de percusion suave, al llegar a la cocina descubre que hay un par de rebanadas de pan con mermelada y mantequilla de ayer... o hace unas horas, despues de una rapida inspeccion, decide comerlas, saben bien, pero la mermelada deja un sabor raro.

Mientras, en el piso de abajo, la hermana menor de alguno de los dos se preguntaba si debia de subir ahora mismo o esperar a que fuera mas tarde-"minimo las 11"- pensaba ella, convencida de que la segunda opcion era la mas prudente, por ahora.
Habian pasado 30 minutos y eran las 9:47, no habia considerado que el hambre que tenia iria creciendo con el tiempo, decide subir las escaleras, lo ha
ce lentamente, casi como si solo quisiera subirlas por el hecho de subir escaleras, como si cada escalon tuviera su propia experiencia unica a los demas escalones, finalmente llega a la puerta y todo esta silencioso-"estan dormidos aun"- es la respuesta mas logica que pudo conseguir, lentamente empuja la puerta y entra a una cocina a medio construir, aunque la decision de no comer juntos se habia tomado ya desde hace tiempo, aun se sentia como algo nuevo, extraño e incomodo para ella, sobre todo porque, aunque ella tenia su propia cocina, rara vez habia comida ahi, toda la comida estaba concentrada arriba, a escasos metros de donde ellos dormian, en la mesa encontro un pan con mermelada mordido que parecia haber estado ahi un par de dias, pero eso no importo, se lo comio tan rapido que ni siquiera notó a que sabia.

Tal vez fue la adrenalina producida por el haberse aventurado a subir, o tal vez fueron los efectos alucinogenos de la mermelada añeja, pero algo dentro de ella la empujo a intentar verlos dormir juntos, ya desde hace mucho tenia ella esa curiosidad, siempre los habia visto como un ejemplo, como el arquetipo del amor perfecto, sintiendo que ya no habia nada que perder, camino lo mas lento que pudo, haciendo el menor ruido posible, se podia escuchar el viento moviendo las ligeras cortinas veraniegas color melon transparente, el cuarto estaba mas iluminado de lo que ella penso que estaria, se sintio extraña mientras respiraba el aire del cuarto, sentia que estaba en otro pais, en otro continente.


Finalmente llego a la orilla de la cama, la tenia de frente a mas o menos un metro de distancia, su piel palida, una ligera sonrisa en su boca, tan tan ligera que es probable que haya sido su imaginacion, alrededor de sus hombros un brazo de otro color, sus ojos inspeccionaron cada pulgada de esa escena, sagrada para ella, ni aunque hubiera tenido el valor para tocarlos lo hubiera hecho, observó con atencion como sus respiraciones ocasionalmente se sincronizaban, y otras veces parecia que hablaban entre si, pasaron las horas y ella seguia ahi, estudiandolos, cada que sentia que podia hacerlo, se acercaba unos escasos centimetros, podia v
er como el aire que entraba por la ventana los cubria, como si fuera agua, la que no caia por los bordes de la cama, se evaporaba en espirales fugaces.


2 comentarios:

Lorena dijo...

waw que bien

Ángel L. M. dijo...

:O

me gusto mucho



y me gustó mucho
xD